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LA LEY DE DIOS ¿ES PARA LOS CRISTIANOS?.

La Ley de Dios es tan eterna como lo es su carácter. Sin lugar a dudas hay mucha confusión sobre la verdad de la Ley de Dios y Satanás está tratando con máximo esfuerzo de mantener esta confusión y de que ella sea aún mayor. Muchas personas argumentan que la Ley de Dios ha sido abolida o clavada en la cruz. Sin embargo estas personas interpretan superficialmente los textos de la biblia y los interpretan a su manera para ser envueltos en estas llamadas “medias verdades”.

La ley de Dios es para todos los seres humanos y todos deberían de conocerla y saber en que consiste.

LA LEY DE DIOS Y EL PRIMER HOMBRE.


La Palabra de Dios declara: "...Como el pecado entró en el mundo por un hombre (Adán), y por el pecado la muerte..." (Romanos 5.12). Pero, ¿qué es el pecado?, la Escritura nos lo dice: "Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley" (1ª Juan 3.4). Ahora pregúntese: ¿Puede haber pecado donde no hay ley? La Palabra de Dios nos responde contundentemente: "...Porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión" (Romanos 4.15). Esto prueba claramente que la Ley de Dios ha estado presente desde los tiempos de Adán, es decir, desde que el hombre existe sobre la Tierra; de otra manera, ¿cómo se explicaría que a Adán se le haya imputado pecado no habiendo ley? ¿Y que la muerte, la paga del pecado, entrara a él y a la humanidad entera?

LA LEY DE DIOS EN LA ACTUALIDAD.


Recordemos cual fue el propósito de Jesús para con todos los hombres: "...Porque no he venido a llamar justos, sino pecadores a arrepentimiento" (Mateo 9.13). Pero, ¿cómo podrá el hombre actual darse cuenta de que vive en pecado? La Santa Escritura nos orienta al respecto: "...Porque por la ley es el conocimiento del pecado" (Romanos 3.20). Ante tal respuesta, surge otra pregunta: ¿cuál ley? El apóstol Pablo siendo inspirado por Dios, responde: "...Pero yo no conocí el pecado sino por la ley, porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás (Romanos 7.7). Esta no es otra más que la Ley de Dios, es decir, los Diez Mandamientos.

Esto viene a demostrar que la "Ley de Dios" está vigente y sigue siendo necesaria para el hombre actual, como lo fue para el apóstol Pablo, para que dándose cuenta de su condición por medio de ella, atienda con urgencia al llamado que Dios le hace para limpiarlo de sus pecados (Isaías 1.18).

LA FE NO INVÁLIDA LA LEY.

Los Diez Mandamientos, nunca podrán justificar al hombre delante de Dios, porque por ellos sólo es el conocimiento del pecado. Antes por el contrario, es la "fe" la que justifica al hombre: "...El hombre es justificado por la fe..." (Romanos 3.28). Pero el que seamos justificados por la "fe", no es razón para invalidar la Ley de Dios:"¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley" (Romanos 3.31).

CONFIRMANDO LA LEY DE DIOS.

Todo aquél que verdaderamente ha sido justificado por la fe en Jesús, no puede más que confirmar como algo inherente a su "nueva vida en Cristo" la observancia de la Ley de Dios.

A continuación se enuncian las razones por las cuales el cristiano genuino guarda la ley divina.

1. Guardo la Ley de Dios porque después que he sido justificado por la fe (Romanos 3.28; 5.1), por la misma fe, obedezco la Ley:"¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley" (Romanos 3.31).

2. Guardo la Ley porque después que he sido justificado por el Señor, deseo seguir conservando esa dignidad que Él me dio con su muerte: "Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados" (Romanos 2.13).

3. Guardo la Ley de Dios, porque le amo como Dios y Señor: "Pues este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (1ª Juan 5.3).

4. Guardo la Ley porque amo a Cristo Jesús, mi bendito Salvador: "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14.15).

5. Guardo la Ley porque estoy en el Señor y Él conmigo: "Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él" (1ª Juan 3.24).

6. Guardo la Ley porque a esta clase de vida me ha llamado el Señor: "Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús" (Apocalipsis 14.12).

7. Guardo la Ley porque he llegado a conocer a mi Señor: "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él" (1ª Juan 2.3-4).

8. Guardo la Ley porque observándola, manifiesto ser enemigo de Satanás: "Entonces el dragón (Satanás) se llenó de ira contra la mujer; y se fue hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (Apocalipsis 12.17).

9. Guardo la Ley porque sé que ahora, es lo que vale en el Señor: "La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios (1ª Corintios 7.19).

10. Guardo la Ley, por cuanto deseo respuestas positivas a mis oraciones: "Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él" (1ª Juan 3.22).

11. Guardo la Ley porque deseo ser bienaventurado: "Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace" (Santiago 12.5).

12. Guardo la Ley porque sé que seré juzgado por la misma Ley: "Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad" (Santiago 2.12).

13. Guardo la Ley porque deseo que mi potencia sea en el árbol de la vida: "Bienaventurados los que guardan sus mandamientos para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad (Apocalipsis 22.14/RV1909).

Recuerde que... "en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos..."(1ª Juan 2.3-4).